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Bill Gates, a la caza de un condón que de verdad mole



El fundador de Microsoft nunca tuvo una imagen demasiado carismática, al contrario que su archienemigo amigo Steve Jobs. Tampoco parece que le importara mucho. Su aspecto de inocente adolescente nerd la sirvió, como mínimo, para colársela a IBM y al propio Jobs en los convulsos inicios de la carrera de ambos. Si en aquella época logró sorprender, a su manera, a los tiburones de Silicon Valley, como simpático mecenas también está haciendo de las suyas.

Hace unos años, ya lejos de sus responsabilidades operativas en Microsoft, el magnate se atrevió a soltar un enjambre de mosquitos durante un discurso en el TED con intención de concienciar sobre la malaria. No eran mosquitos portadores, por cierto, pero el gesto tuvo la repercusión deseada. Ahora tiene una inquietud que no por humanitaria sorprende menos: unos condones que molen de verdad.

El pasado mes de noviembre, la Fundación Bill y Melinda Gates anunció los 11 ganadores de un concurso que buscaba el desarrollo de un tipo de condón que proporcionara un mayor placer a los usuarios, como recuerda el Huffingtonpost. A cada uno de los proyectos le proporcionó 100.000 dólares para que pudieran seguir adelante con sus investigaciones. No parece que ninguno de esos proyectos le convenciera demasiado, porque acaba de proporcionar otros 100.000 dólares a la Universidad de Wollongong, en Australia, con un proyecto mucho más prometedor que los anteriores.

Los investigadores australianos trabajan con un sustituto del látex llamado “hidrogel duro”. Duro, para un tipo de gel, significa más fino que el látex, preparado para “actuar y sentir más como la piel real”, en palabras del doctor Robert Gorkin, ingeniero biomédico de la universidad que protagoniza el vídeo en el que han dado a conocer su investigación. No condones infalibles que acaben con ese mínimo porcentaje de posibilidad de fallo que trajo de calle a los amigos de Friends, sino condones que proporcionen un mayor placer, que hagan sentir, básicamente, que no están ahí.

Tampoco hay que llevarse a engaño: el siguiente negocio del tito Gates no será Microsoftcore ni Microhardcore. No va a montar un sex shop en la nube. La idea es que perfeccionando la tecnología de los condones se animen a utilizarlo las personas que prefieren hacerlo a pelo para no perder sensaciones, reduciendo el número de embarazos no deseados y la propagación de enfermedades como el SIDA.

Nada mal para una persona que escoge hacer cosas útiles con su dinero en lugar de pasarse el resto de su vida disfrutando de las mejores playas del mundo. Que es, probablemente, lo que haría el español medio si contara con sus fondos. Mientras meditamos un poco en ello, con un ojo puesto en el boleto de La Primitiva que todavía puede tocar hoy, os dejo con el vídeo de la Universidad de Wollongong en el que cuentan los avances de la investigación: