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Lo hospitalizan de emergencia tras “jugar” ebrio con una serpiente de tres metros
Un caso insólito tuvo como escenario las montañas del Ávila (Venezuela), luego que Eduardo Delgado, un agricultor de 60 años, fuera ingresado de emergencia al hospital tras resultar mordido en varias oportunidades por una serpiente venenosa de tres metros luego de pasar dos días "jugando" con el ejemplar.
Delgado fue ingresado a las 3:00 de la tarde del sábado al hospital Dr. Rafael Medina Giménez del periférico de Pariata, en el estado Vargas, presentando emponzoñamiento ofídico por una Bothrops Venezolanensis, llamada localmente tigra mariposa. Delgado fue dado de alta este lunes luego de permanecer hospitalizado con diagnóstico de rigidez muscular, insuficiencia respiratoria y alteración al sistema de coagulación sanguíneo.
Se trata de la tercera vez que Delgado es mordido por serpientes, pues tenía un criadero en su casa motivado a la pasión que desde niño ha sentido por los ofidios. Se había encargado de rescatar serpientes heridas y de llevarlas a su serpentario privado. Delgado vive en una de las montañas del Ávila, en plena cordillera de la costa, en la llamada carretera vieja de La Guaira.
La primera vez que lo mordió una serpiente fue a los 8 años, desde entonces ya era notoria su afición por estos animales, llegando a generar preocupación entre sus familiares, que entonces trataron de persuadirlo del peligro latente en la manipulación de serpientes venenosas.
En 1999 estuvo ocho días hospitalizado en un centro asistencial de Caracas por emponzoñamiento. Su juego mortal comenzó desde el viernes, cuando empezó a tomar licor. El sábado seguía "jugando" con el ofidio. Esto lo condujo a recibir varias inoculaciones del potente veneno. Su familia se la quitó varias veces, pero él insistía en manipular la peligrosa serpiente, por lo que resultó con reiteradas "inyecciones" del letal veneno en su torrente sanguíneo.
Sus familiares relatan que se introducía la cabeza de la serpiente en su boca. El paciente presentó hemorragia por boca y nariz, además de dificultad para respirar.
El veneno de la Bothrops venezolanensis daña los glóbulos rojos, puede genera insuficiencia renal, los pulmones se llenan de sangre.
Delgado tenía 18 serpientes y su familia las soltó en el cerro el Ávila para evitar que vuelva a ocurrir otro incidente similar.