Las aguas australianas de Perth vivieron este lunes un acontecimiento casi inaudito en la zona: un banco de decenas de tiburones hambrientos invadió la zona, obligando a cerrar las playas más cercanas para evitar una tragedia, aunque solo fuera por precaución.
El aviso lo dio un helicóptero que andaba merodeando casualmente la zona. Las imágenes, captadas desde el aire, muestran a entre 50 y 60 escualos pegándose un festín de pescado, rodeados a su vez de numerosas gaviotas, que tampoco querían perderse el banquete de atunes disponible, con precaución, eso sí.
El espectacular fenómeno se produjo a casi un kilómetro de Yanchep, al norte de la propia Perth. “No se suelen ver en tal cantidad”, comentaba a medios locales Chris Peck, del servicio de guardacostas de la zona, matizando, eso sí, que “allí donde hay cebo suficiente, es normal encontrarse con dos o tres ejemplares”. Esta vez, los números sobrepasaron las expectativas.
