Mariella nació en perfecto estado, cuenta su madre, Kathy de la Cruz, pesó unas 7 libras y sus primeras semanas fueron normales. Pero a los tres meses de nacida, la familia notó que lago no funcionaba bien. La niña vomitaba la leche que ingería y no engordaba.
Entonces la familia comenzó a buscar una respuesta hasta que llegaron al consultorio del médico Luis Rubio, director del Hospital de la Solidaridad, quien rápido dio su diagnóstico.
Mariella padece la enfermedad de la progeria o vejez prematura, la misma que uno de cada 8 millones de niño en el mundo padecen.
Según Rubio explicó a EFE, las personas con progeria nacen con las células malogradas, y ya son incapaces de reproducir nuevas células "de calidad", como hace cualquier cuerpo joven, por lo que comienzan a sufrir deterioro en aquellas partes del cuerpo con más esfuerzo físico, como músculos, huesos y articulaciones y hasta vasos sanguíneos.
Se estima que "los niños viejos" viven hasta los 14 años y Mariella aunque hace sus propias búsquedas en línea para mantenerse al tanto de lo nuevo que surge con su enfermedad, no entiende aún que es probable que sólo le queden algunos años de vida.
La niña aunque ha perdido la elasticidad en la piel y es víctima de las burlas, prefiere asistir cada día a una a la guardería llamada, La 'Alegría del Señor', donde se siente protegida y lleva una vida relativamente normal.
La situación de la familia es difícil, el único ingreso en la casa proviene del trabajo como taxista del padre y hay otros dos hermanitos. La madre de Mariella se queja que el dinero no les da para los gastos y seguir adelante con la enfermedad de su hija y por esta razón dio a conocer su historia a través de una diario local pidiendo ayuda para salir adelante con su familia en Villa El Salvador, en la periferia sur de Lima.
Mariella podría ser la niña más vieja del mundo, aunque sólo tiene 8 años su cuerpo reacciona con el de una anciana de 80.
