La aparición de una cigüeña azul anidando sobre una vieja chimenea al sudeste de Berlín, despertó la curiosidad de ornitólogos y vecinos. Se trata del poblado de Biegen y allí, normalmente, nunca pasa nada. Nunca hasta ahora, porque sus habitantes han descubierto que tienen allí su propia atracción turística: una cigüeña. No como todas, claro. Ésta es azul.
El plumaje de la cigüeña tiene diferentes tonos de azul, aunque algunos naturalistas de la zona creen que, más que una causa natural, lo que ha provocado ese plumaje es un accidente. “Las cigüeñas -dicen- suelen buscar comida en la basura y ésta puede haberse teñido accidentalmente al hacerlo”dijo a dpa el ornitólogo Wolfgang Mdlow, director regional de la Asociación de Protección de la Naturaleza de Alemania (NABU, por sus siglas en alemán).
El científico especuló con que la cigüeña podría haber perdido su blancura natural al caer en un recipiente de pintura en algún punto de su viaje migratorio a Europa. En Polonia existe una cigüeña que se vuelve negra a lo largo del verano europeo por anidar sobre una chimenea aún activa, agregó.
El director del Centro de Información sobre la Cigüeña Blanca del NABU, Heidrun Faustmann, supuso incluso que la cigüeña azul, que exhibe parte del plumaje de un turquesa intenso, adquirió color por obra de algún bromista humano. “Esto no es un capricho de la naturaleza”, sentenció.
La cigüeña llegó el pasado sábado, y ahora los vecinos están pendientes de ver si logra encontrar pareja a pesar de su inusual color. Los naturalistas aseguran que esto no tiene por qué influir a la hora de encontrar compañera. Y los vecinos del pueblo lo corroboran: “Al fin y al cabo -dicen- ocurre igual con los humanos. Un hombre pelirrojo puede estar con una mujer rubia, o viceversa”.
Lo cierto es que, entre discusiones y charlas, la famosa cigüeña se ha convertido en la novedad del pueblo. Si su pelaje es natural o accidental, les importa poco. Lo único importante es que es distinta.