La víctima es Sandra Nabucco, a la que los médicos tuvieron que retirarle un total de 272 agujas (púas) de color negro y amarillo, según informa ‘Huffington Post’.
Sin embargo, el animal no sufrió ningún daño. A pesar del incidente la mujer se siente muy aliviada: “Si el puercoespín no hubiera aterrizado en mi cabeza, se habría estrellado contra el suelo”.
