Imagina que vas por la calle y un hombre te pide ayuda para despegar su lengua de un poste, te acercas para ayudarlo y él jala tan fuerte que su lengua se desprende provocando un alarmante sangrado...
Obviamente la mente siniestra de esta broma se colocó una lengua falsa, pero ante los ojos de las incrédulas víctimas la escena resulta por demás perturbadora, sin embargo; para nosotros esto será más que divertido.
